El dilema del director
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Alberto Etchegaray
Será cada vez más difícil ser director de sociedad anónima en Chile. Las recientes resoluciones de la SVS en el ya comentado caso Cascadas son un recordatorio de los exigentes deberes fiduciarios a los que se encuentran obligados los directores, más aun considerando que el entorno social, político y económico está crecientemente complejo. Hay un caso en que es especialmente difícil ejercer el rol de director: el gerente de una matriz que se desempeña al mismo tiempo como director de una empresa filial de esa matriz. Una práctica altamente extendida en las empresas y grupos económicos chilenos pero que no se encuentra formalmente resuelta en la ley de sociedades anónimas.
¿Cuál sería el problema? Supongamos que usted es gerente general de una empresa matriz y su directorio lo nombra director en una de sus filiales. El objetivo perseguido es sensato, pues su directorio lo nombra buscando que controle y ejecute en la filial los objetivos definidos en la matriz. Pero la ley no reconoce esta doble militancia de gerente de matriz/ director de filial y entonces podría ver enfrentados sus incentivos naturales de gerente con las obligaciones legales que se esperan de un director.
El problema se hace patente cuando no hay coincidencia absoluta entre los intereses de la filial y de la matriz. Imagine por ejemplo que la matriz es dueña de solo el 50% de la propiedad de la empresa filial y que el directorio de la filial debe tomar una decisión de negocios que no es neutra: debe decidir si reparte dividendos a los accionistas o los capitaliza para un plan de desarrollo. Déjeme ser cruel con usted y haga más difícil el ejercicio: imagine que la recomendación del gerente general de la filial sea capitalizar y que la opinión del directorio de su matriz es que se repartan íntegramente las utilidades.
La pregunta entonces es ¿qué haría usted enfrentado a ese dilema? ¿sería leal al directorio de la matriz o a la recomendación de la administración de la filial?
La respuesta a esas preguntas no es obvia. Porque es evidente que tanto las evaluaciones y compensaciones por su desempeño dependerán exclusivamente de la evaluación del directorio de la matriz. Esa sola consideración confirma que el gerente/director tendrá como incentivo natural enfocar su gestión de director pensando en cómo maximizar el resultado obtenido en la matriz por sobre el obtenido en la filial. Pero sabemos que la ley de sociedades anónimas en Chile es extremadamente clara al señalar que el único objetivo que debe tener a la vista un director es velar por el “interés social” de la compañía, sin distinguir si ésta es filial o matriz, de manera que el gerente/director no tendría alternativa más que enfocarse en el interés de la filial.
Ahora bien, es justo decir que en la gran mayoría de los casos el interés social de una compañía filial coincidirá con el de su compañía matriz, de manera que no habrá conflicto alguno. Pero puede llegar a ocurrir lo contrario, surgiéndole un gran dilema al director de la subsidiaria respecto a cómo ejercer adecuadamente sus deberes de lealtad, cuidado y reserva.